El cuello, cuya parte estructural es
el raquis cervical, es la región de entre: cabeza y tórax. Encierra órganos de
vital importancia: las gruesas vías vasculares jugulo – carotídeas, la
extremidad superior del conducto aero-digestivo (laringe y tráquea por una
parte y faringe y esófago por otra) y a la izquierda, el cayado torácico. Es
también la región donde se engancha el miembro superior y, en el hueco sub-
clavicular aparecen los vasos sub- claviculares y las raíces de los plexos
braquiales.
Esta complejidad del cuello, con su
influencia sobre la cabeza y los miembros superiores, explica la gran
diversidad de síntomas de los cuales se puede quejar un paciente en presencia
de un desequilibrio mecánico del raquis cervical.
1.
COSTILLA
CERVICAL
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Se constatan síntomas nerviosos y
vasculares; de hecho esto provoca una irritación del plexo braquial. Desde el punto de vista del
tratamiento la cirugía y la medicina clásica no consiguen resultados
satisfactorios para el paciente.
En presencia de una costilla cervical
existen dos posibilidades:
-
La existencia de una verdadera costilla que
se inserta sobre C7.
-
Una hipertrofia de la apófisis transversa de
C7.
TRATAMIENTO
Es necesario restaurar el movimiento
sin irritar al nervio. No se debe actuar directamente sobre C7, hay que actuar
a nivel cervical y dorsal alto, y sobre todo: hay que reequilibrar la cintura
escapular (esta se estudia en el tratamiento de lesiones periféricas). Se
mantendrá siempre en mente el principio de la lesión total y se buscará siempre
el equilibrio del conjunto de la estructura tomando en consideración las dos
cinturas (escapular y pélvica).