Si observamos anteriormente vemos cantidad de esculturas en las que el personaje con diferentes posturas, estudiando estas posturas han llegado a la conclusión de que es la verdadera postura del individuo y podemos servirnos de ella para tratar al paciente: poniendo esta postura con un pie adelantado 10 minutos/día mejoramos las patologías del aparato locomotor y las psicológicas. El término Postura proviene del latín “positura”: acción, figura, situación o modo en que está puesta una persona, animal o cosa. Según criterios “mecánicos” la postura ideal se define como la que utiliza la mínima tensión y rigidez, y permite la máxima eficacia. Y permite a la vez un gasto de energía mínimo. Es aquella que para permitir una función articular eficaz, necesita flexibilidad suficiente en las articulaciones de carga para que la alineación sea buena. “La postura es la alineación corporal que se adopta espontáneamente en forma correcta o incorrecta; es la alineación de segmentos orgánicos que se adecua intencionalmente con fines de comodidad, diagnósticos terapéuticos”. “La postura es la posición del cuerpo con respecto al espacio que le rodea y como se relaciona el sujeto con ella y está influenciada por factores: culturales, hereditarios, profesionales, hábitos (pautas de comportamiento), modas, psicológicos, fuerza, flexibilidad, etc.”
La postura es interesante para los osteópatas ya que pone en evidencia los reflejos posturales, que en definitiva son los medios que tiene el cuerpo para luchar contra los desequilibrios. Estos reflejos posturales son lo que en Osteopatía llamamos “sistema de adaptación”. Esto quiere decir que si llegamos a evidenciar los reflejos posturales, luego los sistemas de adaptación, podemos saber si el paciente está adaptado o no a su patología. Si se adapta, el problema no es para nosotros (diagnóstico diferencial). Si no se adapta, iremos a mirar las piezas anatómicas del sistema de adaptación para ver si son La postura es interesante para los osteópatas ya que pone en evidencia los reflejos posturales, que en definitiva son los medios que tiene el cuerpo para luchar contra los desequilibrios.
Estos reflejos posturales son lo que en Osteopatía llamamos “sistema de adaptación”. Esto quiere decir que si llegamos a evidenciar los reflejos posturales, luego los sistemas de adaptación, podemos saber si el paciente está adaptado o no a su patología. Si se adapta, el problema no es para nosotros (diagnóstico diferencial). Si no se adapta, iremos a mirar las piezas anatómicas del sistema de adaptación para ver si son funcionales en su papel de pivots, es decir, la posturología nos va a dar la adaptación o no del cuerpo, el diagnóstico diferencial y si el tratamiento es válido o no; los test tiene que mejorar al final el tratamiento.