La mayoría de los problemas de ¿salud
que afectan hoy a la humanidad se deben directamente a su inadecuada adaptación
a la posición de pie.
El hombre posee, en su origen, la estructura
anatómica de un cuadrúpedo, pero su posición vertical inflige a su estructura
múltiples traumas y estrés, a los cuales se añaden los efectos exagerados de la
gravedad que, normalmente el cuadrúpedo no sufre y para los cuales el hombre no
está aún preparado biológicamente.
Un examen en profundidad de la
columna vertebral revela que los cuerpos vertebrales han adaptado una forma en
bisel, es decir que son más gruesos anteriormente que posteriormente como
declaro KROGMAN:
“
esto permite a las vértebras girar sobre sus bordes anteriores a modo de
bisagra, algo así como los segmentos de una serpiente mecánica. Pero, por otra
parte, esto debilita los huesos de la espalda, particularmente en la región
baja de la espalda, donde el bisel es más pronunciado”
Por eso, para mantener la estabilidad
raquídea con la columna vertebral en la posición vertical, permitiendo cierta
movilidad, nos hemos vuelto dependientes de las acciones e interacciones de las
masas musculares paravertebrales.
El sistema musculoesquelético se ha
visto forzado a asumir un trabajo para el cuál no estaba destinado en su
origen y para el que no está bien
adaptado mecánicamente.
La pelvis tuvo que inclinarse en su
parte superior, de tal manera que ha dejado de ser paralela a la columna como
los cuadrúpedos. El pubis a adoptado una posición anterior en vez de una
posición inferior, los íleos se han achatado para formar las crestas de las
caderas y para ayudar a sostener la pelvis, los órganos y las vísceras
abdominales, mientras que los isquiones tienen que soportar el choque en la
posición sentada. El sacro ha sido forzado hacia abajo entre los íleos, lo que
provoca una relación inestable, de ha{i proviene numerosos problemas sacro-iliacos
tan conocidos por los osteópatas
Cambios ocurridos en las estructuras
somáticas, tales como la rigidez muscular, el dolor, la sensibilidad, etc., que
resultan de una patología visceral, se han observado y se han reconocido
durante muchos años. Mackenzie, a finales del siglo pasado observó la presencia
de sensibilidad en los lugares específicos de las apófisis vertebrales, esta
sensibilidad estaba asociada a ciertas enfermedades viscerales. Pero, le
faltaba a STILL emitir el concepto que ciertos cambios estructurales del
sistema músculo-esquelético pueden tener una relación etiológica con los trastornos
viscerales, funcionales u orgánicos. Por lo tanto podemos establecer una
relación entre: por una parte los estrés y los traumas del sistema
musculo-esquelético debido a la adaptación del hombre a la posición de pie y
por otra parte a una mala función o enfermedad de otros sistemas orgánicos.
KORR, DENSLOW y THOMAS han demostrado
en efecto que las desviaciones estructurales (lesiones osteopáticas) y los
desarreglos del sistema nerviosos autónomo estaba en la base de muchas
enfermedades.