La Osteopatía trata principalmente las patologías musculoesqueléticas más frecuentes que se dan en las consultas de atención primaria y en las urgencias hospitalarias: Lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, esguinces cervicales y de tobillo, omalgias (dolores de hombro), tendinitis, artritis y en definitiva aquellas afectaciones osteomusculares habituales.También es muy eficaz en casos específicos de migrañas, vértigos, otitis, problemas circulatorios, digestivos, endocrinos, ginecológicos, urológicos, neurológicos, traumatológicos, etc.
Tiene además buenos resultados en Pediatría, tanto en neonatos como en infantes en donde las patologías tratadas con Osteopatía pediátrica más frecuentes son: Plagiocefaleas, tortícolis, cólico del lactante, alteraciones del sueño, irritabilidad, estreñimiento, escoliosis, parálisis braquiales, esguinces, etc.
Sustancialmente, existen tres tratamientos en Osteopatía:
- Estructural, que se dirige especialmente a los trastornos de las estructuras óseas, musculares y articulares.
- Visceral, que se interesa por los órganos como el hígado, el riñón, el estómago…
- Craneal, que insiste en la noción de movilidad de los huesos del cráneo y se dirige al desarrollo del recién nacido, del niño, así como a los trastornos funcionales del adulto.